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Historia del color

Sin entrar en temas filosóficos, el color ha sido siempre el mismo desde que existe el universo, y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la percepción y el entendimiento que el ser humano ha tenido sobre él ha ido variando a lo largo de los años.

Pre-historia

Numerosas son las pruebas y evidencias de que nuestros antepasados se expresaban a través del color. Quedan vestigios de ropas con diferentes colores, así como las archiconocidas cuevas de Altamira con pinturas rupestres de diversos colores. 

Estos pigmentos naturales se obtenían a través del procesamiento de plantas o flores, así como de elementos básicos como la tierra o la orina. 

Los colores básicos

Aristoteles fue el primero en categorizar los colores en cuatro colores básicos, asimilándolos a los cuatro elementos que en aquel tiempo se pensaban básicos: Tierra, Fuego, Agua, y Cielo. De esta forma nacía la primera categorización de los colores, más allá del blanco y negro, aunque esta categoría lejos estaría de ser la definitiva. Veamos qué pasó unos siglos más tarde.

Fue en el siglo XV, en pleno Renacimiento, cuando Leonardo Da Vinci se aventuró a completar la categoría que Aristóteles había iniciado. Si bien Aristoteles consideraba que los colores, por ser más oscuros que el blanco no pertenecían a la luz, Da Vinci si concebía el blanco (luz) como un color especial que permitía recibir el resto de colores. De esta forma se sumaba el blanco a la lista de colores básicos con alguna incorporación más:

Blanco, como color absoluto, verde para el agua, azul para el cielo, rojo para el fuego y amarillo para la tierra y negro para la oscuridad. Leonardo sabía que estaba cerca de la categorización final, pero no pasaba por alto que el verde se podía obtener a partir de otros dos colores, cosa que no pasaba con el resto de colores básicos. ¿Qué se le escapaba a Da Vinci? Un Sir inglés nos daría la clave unos años más tarde. Sigue leyendo, y cuidado con la manzana.

El espectro de la luz

Fue Sir Isaac Newton el que vino a arrojar luz en todo esto. Al hacer pasar la misma por un prisma, consiguió descomponer la luz en sus diferentes espectros (seguro que os suena aquella mítica portada de Pink Floyd). Para ser precisos, el espectro visible al humano de la luz, pero esa es otra larga historia. 

Newton se dio cuenta de que cada color tiene una refractabilidad distinta, es por esto que al pasar la luz por la pirámide de cristal podemos ver los diferentes colores. 

Hoy en día sabemos que la luz está compuesta de fotones, con diferentes longitudes de onda como puede pasar con el sonido. Sonido que en muchas culturas descomponemos en 7 notas, gracias a Aristoteles y su estudio de las frecuencias a través del monocordio. Quizás no estuvo tan acertado con la luz, pero no podemos negar que fue un gran iniciador en el estudio del color.

Goethe y la psicología del color

Por último, conociendo con precisión las vicisitudes técnicas y físicas de la luz y el color la inquietud de los investigadores se centra en cómo afectan los colores al ser humano, como son percibidos y cómo afectan a nuestra psique.

El máximo precursor de este análisis fue Joahn Goethe y su herramienta fundamental un triangulo con tres colores primarios (rojo, amarillo y azul) que fue relacionando con ciertas emociones. Pero las emociones y su relación con el color es algo que nos interesa mucho, así que lo mejor es que continuemos con este tema en otro post ( Descubre las emociones y el color). En este campo podemos encontrar también la relación del color y el sonido o las formas que establecía Vasilly Kandisnky.